jueves, 16 de octubre de 2008

ESTO NO ES UN PARECIDO SAZONABLE DE ANDRÉS PEREA

"Es natural odiar al crítico. No solamente porque tiene uno de los trabajos más inexplicables de la civilización occidental sino también por su acceso a muchas facilidades de las que el resto de personas está privada y, especialmente, porque publican sus opiniones para el conocimiento público. Hasta ahí entiendo las suspicacias que genera este oficio.
[...]"

Alberto Servat, en La Soga.


Se rumorea que en el mundo de la arquitectura no hay crítica y "todo vale". Bien, hablemos de la crítica en arquitectura. Tal vez, en la fase de proyecto, suceda con cierta capacidad de veto, en concursos y eventos de similar oscurantismo; no así en otros asuntos como la pintura, el cine o la publicidad. En estos otros ámbitos, normalmente la crítica aparece (inevitable, objetiva y necesaria) tras el consumo de dicho producto. Bien sea por el dilatado proceso de construción (por supuesto incomparable a un rodaje), bien por la cantidad de dinero empleado (nada que ver con la publicidad), o bien sea por la repercusión a largo plazo del objeto arquitectónico, parece que si se llega a construir, no se echa para atrás. Se consume de todas formas. Las revistas del género no son más que informadores que comunican hechos. LOS hechos arquitectónicos.
¿Se puede consumir la arquitectura a disgusto?
¿Se puede criticar la crítica arquitectónica?

Más diversión a costa de los críticos aquí.

No hay comentarios: